La educación se enfrenta a retos creativos en la nueva economía global.
Contamos con la infinita capacidad que tienen los/as niños/as para innovar y lo arriesgados/as que son para lanzarse a probar situaciones nuevas aunque no sepan lo que les deparará afrontarlas. En cambio al llegar a adultos hemos perdido gran parte de nuestra capacidad de arriesgarnos por miedo a equivocarnos.
¿Qué podemos hacer en Educación para fomentar de forma efectiva la creatividad y conseguir que perdure a lo largo de toda la vida la capacidad de arriesgar?
Ken Robinson nos plantea un cambio de paradigma.
Ana María Rodríguez Novoa
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