28 de diciembre de 2011

Entrevista a Ricardo Rodríguez Cosano: Tu Pasión A Tu Aula

Hoy contamos en Educación para la Vida con Ricardo Rodríguez Cosano, Maestro jubilado.
Si tuviese que elegir una palabra para definirlo sin lugar a dudas eligiría polifacético. Enamorado de su vocación y del flamenco, integró ambas artes en su práctica educativa. Escritor de quince libros de Flamenco, colabora en diversas revistas flamencas y ha participado como ponente en variadas conferencias en las que ha acercado a muy diverso público sus saberes como flamencólogo.

¿Quién es Ricardo Rodríguez Cosano?

Me considero Maestro, pues aunque jubilado, lo sigo siendo y flamencólogo y desde esta doble perspectiva siento que es muy importante que todo lo que apasione a un maestro o una maestra lo comparta con sus alumnos y alumnas en su aula.

¿Tiene cabida el flamenco en la escuela?

Sí, al menos en mi caso la tuvo. El claustro del colegio José Cortínez Pacheco, en Lebrija me pidió que impartiera música por primera vez en la E.G.B. ya que sabían que contaba con la experiencia de haber preparado a un maestro durante dos años, de solfeo. Acepté con la condición de hacerlo a través del flamenco y creé un método más fácil para dar solfeo a los niños y niñas. Posteriormente, me traslado a el colegio Elio Antonio y allí llevo a cabo una experiencia de 10 años de duración del Aula de Arte Flamenco.

¿En qué consistió esta experiencia?

El alumnado participaba de forma voluntaria y también acudían niños y niñas de otros colegios pues estaba planteada como actividad extraescolar.
Se empezaba con el contacto con la música flamenca más sencilla, se iniciaban con la guitarra, aprendían las estructuras de las letras y se llevaban a cabo audiciones de piezas de piano y guitarra. De lo más elemental y sencillo como las sevillanas, rumbas, fandangos, villancicos y saetas, se llegaba a los "palos" fundamentales del flamenco como son la "soleá", las seguirillas, tientos, tangos, malagueñas y cantes de Lebrija.
Se hacían festivales en los que se declamaban letras y los niños y niñas iniciados cantaban.

La experiencia de esta Aula de Arte Flamenco fue llevada a dos Congresos Nacionales de Flamenco ya que conseguía transmitir nuestras tradiciones y amar lo popular y sobre todo atraer al alumnado con dificultades para integrarse con más viveza en el colegio.

¿Cómo llegas al mundo del flamenco?

A través de la saeta antigua que se canta en mi pueblo, Casariche. Saeta sencilla que nada tiene que ver con el flamenco y que me hace con diez años y desde un ventanal sorprender a mi madre que no esperaba que fuese su hijo quien se asomase a cantar. A partir de aquí me relaciono con aficionados al cante en todas las ocasiones posibles, teatro, Casa Hermandad...
Sin embargo lo que fue clave para mí fue mi destino como Maestro a Lebrija, tierra de arte, en dónde he podido vivir mi pasión por el flamenco.

Ciudad que te reconoce como hijo adoptivo.

Sí, tengo este privilegio desde el año 1998 . En esta ciudad formé mi familia y he podido trabajar en el mundo de la Educación y la Cultura.

Volviendo a tu infancia, ¿alguna de estas ideas formaba parte del sueño que querías hacer realidad?

De mi infancia recuerdo sobre todo la ilusión y el tesón de mi madre para que mis tres hermanos y yo pudiésemos estudiar,aunque no formásemos parte de una familia "pudiente"; el apoyo de mi padre, hombre muy culto aunque estuvo muy pocos años en la escuela pero que era un gran lector y un enamorado de la música, y a uno de mis maestros, D. Francisco Toyo, que me trasmitió su pasión por la lectura y la literatura y al que le ayudaba a llevar las clases. Desde bien pequeño quería ser Maestro y cuando le presentaba los temas lo hacía buscando mi creatividad para llegar a los alumnos y que se quedasen con el máximo de conocimiento. Era necesario que aprendiesen lo suficiente para desenvolverse en la vida.

¿Recuerdas algún maestro más y qué significó para ti su paso por tu vida?

Sí, recuerdo a D. Romualdo que representaba la disciplina a ultranza para conseguir los objetivos. Ejercitó mi memoria, el recurso más preciado en aquella época, lo que me sirvió para poder obtener plaza en las oposiciones.
Recuerdo también a D. Francisco Gómez que nos "embobaba" al alumnado con su poder de oratoria y que además era un artista autodidacta y a D. Armando Ortiz, el espíritu de las Matemáticas y muy buena persona.

Además de las experiencias que ya has compartido con nosotros/as ¿que destacas de tu época activa como Maestro?

Una época que también fue muy creativa para mí es cuando empiezan a funcionar los departamentos de Lengua y Matemáticas y los maestros y maestras se agrupan para realizar actividades que cubran objetivos. Entonces creo un departamento de Educación Plástica, que la Inspección acepta, y que plantea trabajos para las dos etapas de la Enseñanza General Básica de entonces. Con papel, cartón, semillas y paneles de madera entre otros materiales, se elaboraban modelos de trabajos relativos al entorno escolar: animales, monumentos, fiestas típicas...
La organización era llevada a cabo a través de cuatro talleres por los que rotaban todo el alumnado, un día a la semana después del recreo: Dibujo, Plástica, Cocina Típica y Costura.
Con todo lo que elaboraban los niños y las niñas se llevaban a cabo exposiciones locales.

Por lo que nos estás contando, sentíais que era importante dar y recibir del entorno.

Sí, era y es para mí fundamental en Educación fundir al alumnado con su medio y recibir de éste todo lo que puede aportar para enriquecimiento del proceso de aprendizaje. En otra ocasión se desmanteló en el pueblo una alfarería local y me regalan dos tornos antiguos. Era tutor por aquel entonces de un quinto especial con alumnos y alumnas con dificultades para conseguir sus objetivos. Monté los tornos con la idea de que esos alumnos pudiesen iniciarse en la alfarería y le sirviese además de motivación con el fin de conseguir los objetivos referentes a las áreas instrumentales. El colegio respaldó el proyecto y se construyó un horno para cocer las piezas de barro en el patio del colegio. Se conseguía una participación activa y creativa de un grupo de niños y niñas que se sentín felices al sentirse totalmente incluidos en el sistema educativo.

¿Qué aspectos consideras clave en la Educación ahora?

Ahora y siempre, conseguir que los niños y las niñas sean felices en la clase. Que el maestro se acerque a sus alumnos y alumnas para ver como viven el día a día, teniendo en cuenta los problemas de cada uno y las peculiaridades de su carácter. A través del diálogo sacar información de todo lo que les afecta y preocupa y que los lleva a rechazar el trabajo en el aula.
Así, a veces, descubría que no habían ni siquiera desayunado por problemas económicos de la familia. Yo recuerdo que jamás tomé ni un café en los recreos, creaba liguillas de deportes y aprovechaba ese tiempo para estar cerca de ellos.
Considero imprescindible atender sus problemas para que se puedan conseguir los objetivos que nos proponemos con ellos.

Jubilado ya, ¿a qué dedicas tu tiempo?

Sigo siendo Maestro de mis nietos, alguna que otra tarde, ayudándoles principalmente en las Matemáticas y dedico gran parte de mi tiempo al Flamenco.
En el verano se presentó mi último libro "Vivencias flamencas de Curro Malena". Escribo en diversas revistas de flamenco como son El Candil, El Olivo, Sevilla Flamenca, La Flamenca y Flamencología de la Cátedra de Jerez. Acudo a dar conferencias a colegios e institutos para seguir poniendo en contacto a niños y jovenes con el arte de su tierra. Sigo escribiendo letras para cantaores flamencos y he creado un nuevo "palo" flamenco, La Rociera, y una Semblanza flamenca, mezcla de poesía y flamenco, a la figura de el bandolero "El Tempranillo".

En definitiva, si sientes pasión por algo nunca sentirás que estás jubilado.

Te agradezco tus palabras y esa pasión que derrochas con tu manera de sentir la educación.

Gracias a ti, por darme la oportunidad de transmitirlas.

Con esta entrañable entrevista he viajado por cada experiencia y por cada momento aquí compartido ya que los viví en mi infancia, pues Ricardo es mi padre. He recordado cada comida recién llegados todos del colegio, pues mi madre también es Maestra, donde las necesidades, los problemas, las anécdotas de su alumnado eran los temas de conversación diaria.
En esas comidas se empezaron a gestar los sueños que han marcado y marcan mi camino como Maestra y el sentimiento de privilegio de todos los que podemos dedicarnos, desde el corazón, a desempeñar nuestra vocación.

Ana María R. Novoa

2 comentarios:

  1. Anónimo3.1.12

    Fantástica entrevista!!. Muestra la importancia del carácter y de la pasión por lo que haces. Sin caracter es dificil ser fiel a tus valores y covicciones más profundas. Sin pasión es dificil poder transmitir y llegar al corazón de las personas para contribuir a su crecimiento. Ricardo me ha mostrado la importancia de estas dos cosas, además de enseñarme cuanta generosidad y optimismo alberga en su interior.
    Gracias Ricardo!!.
    Gracias Ana!!.
    Un fuerte abrazo
    Miguel Angel

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  2. ¡Muchas gracias, Miguel Angel!

    Siempre es un lujo leerte o hablar contigo.

    Un fuerte abrazo.

    Ana María R. Novoa

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