"La competencia es la capacidad de creación y producción autónoma, de conocer, actuar y transformar la realidad que nos rodea, ya sea personal, social, natural o simbólica, a través de un proceso de intercambio y comunicación con los demás y con los contenidos de la cultura."
Chomsky
Durante este verano me llegaba la noticia que en la Comunidad de Madrid se suprimía la hora de tutoría en Secundaria y reconozco que reaccioné con sorpresa negativa ante tal noticia. Inmersa como estoy en la creación de un Proyecto de Educación para la Vida me resultaba imposible creer que se diese un paso atrás en este sentido.
Mi primera respuesta, no obstante, fue que estaba totalmente convencida de que por fortuna los/as docentes somos intuitivos/as y seguro que de forma transversal se iba a realizar la tutorización consciente, en las zonas donde se implantase dicha legislación. Confianza plena, por tanto, en mis compañeros/as de que no van a abandonar un aspecto fundamental en la educación de los adolescentes.
He seguido reflexionando sobre este tema y quiero creer que si se quita algo es por que se va a ofrecer alguna opción que garantice lo que antes se recibía.
Aún así, por inercia, por esta inercia que nos suele empujar a los docentes, casi de forma insconciente, a plantear soluciones en lo que nos surge en el día a día, me hice esta pregunta:
¿Cómo tutorizaría yo en esas condiciones?
De forma transversal, por supuesto, en el momento que surge el problema es cuando hay que resolver, pero sobretodo de forma preventiva e integrada en los proyectos de trabajo del alumnado. Me estoy refiriendo con esto, a la posibilidad de trabajar textos que cubran los objetivos específicos de Lengua, pero que permitan comentar, inferir, reflexionar sobre aspectos necesarios en la formación integral del alumnado, textos que le hagan aportaciones valiosas, en los aspectos claves de su crecimiento personal.
Es importante, desde mi entender, no olvidar que la Lengua es un instrumento de comunicación y que nuestra educación atiende tanto a la consecución de objetivos de etapas como a la consecución de competencias básicas. En este caso utilizaría la Lengua para tutorizar y al mismo tiempo trabajar las competencias.
Sería poner los contenidos al servicio de las competencias y de esa forma garantizar el acompañamiento a los adolescentes en una etapa crucial en sus vidas y transmitir al alumnado el mensaje de que es valioso para todo su centro educativo a nivel personal.
Es con una educación de calidad, que atienda a la totalidad del Ser y en la que todos/as rememos en la misma dirección, con la que podemos conseguir, que en este mar de incertidumbre en el que navegamos, cada niño/a llegué a "su puerto", sin perder el rumbo.
Ana María R. Novoa
Chomsky
Durante este verano me llegaba la noticia que en la Comunidad de Madrid se suprimía la hora de tutoría en Secundaria y reconozco que reaccioné con sorpresa negativa ante tal noticia. Inmersa como estoy en la creación de un Proyecto de Educación para la Vida me resultaba imposible creer que se diese un paso atrás en este sentido.
Mi primera respuesta, no obstante, fue que estaba totalmente convencida de que por fortuna los/as docentes somos intuitivos/as y seguro que de forma transversal se iba a realizar la tutorización consciente, en las zonas donde se implantase dicha legislación. Confianza plena, por tanto, en mis compañeros/as de que no van a abandonar un aspecto fundamental en la educación de los adolescentes.
He seguido reflexionando sobre este tema y quiero creer que si se quita algo es por que se va a ofrecer alguna opción que garantice lo que antes se recibía.
Aún así, por inercia, por esta inercia que nos suele empujar a los docentes, casi de forma insconciente, a plantear soluciones en lo que nos surge en el día a día, me hice esta pregunta:
¿Cómo tutorizaría yo en esas condiciones?
De forma transversal, por supuesto, en el momento que surge el problema es cuando hay que resolver, pero sobretodo de forma preventiva e integrada en los proyectos de trabajo del alumnado. Me estoy refiriendo con esto, a la posibilidad de trabajar textos que cubran los objetivos específicos de Lengua, pero que permitan comentar, inferir, reflexionar sobre aspectos necesarios en la formación integral del alumnado, textos que le hagan aportaciones valiosas, en los aspectos claves de su crecimiento personal.
Es importante, desde mi entender, no olvidar que la Lengua es un instrumento de comunicación y que nuestra educación atiende tanto a la consecución de objetivos de etapas como a la consecución de competencias básicas. En este caso utilizaría la Lengua para tutorizar y al mismo tiempo trabajar las competencias.
Sería poner los contenidos al servicio de las competencias y de esa forma garantizar el acompañamiento a los adolescentes en una etapa crucial en sus vidas y transmitir al alumnado el mensaje de que es valioso para todo su centro educativo a nivel personal.
Es con una educación de calidad, que atienda a la totalidad del Ser y en la que todos/as rememos en la misma dirección, con la que podemos conseguir, que en este mar de incertidumbre en el que navegamos, cada niño/a llegué a "su puerto", sin perder el rumbo.
Ana María R. Novoa
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